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Evaluación de potencial
Cuando pensamos en talento dentro de las organizaciones, lo habitual es centrarnos en conocimientos técnicos, habilidades específicas o experiencia laboral. Sin embargo, existe un factor igualmente crucial y muchas veces subestimado: la personalidad. Lejos de ser solamente una cuestión de “química” o “sintonía” entre compañeros, la personalidad tiene un papel determinante en el rendimiento individual, en la dinámica organizacional y, finalmente, en el éxito global del negocio. Por ello, herramientas psicométricas como el Hogan Assessment son fundamentales para comprender cómo estos rasgos impactan el desempeño y el crecimiento profesional dentro de las empresas.
La personalidad es el conjunto de patrones consistentes de pensamiento, emoción y comportamiento que caracteriza a cada individuo y se manifiesta de manera estable a través del tiempo. En contextos laborales, la personalidad influye directamente en cómo nos relacionamos con los demás, tomamos decisiones, afrontamos desafíos y ejercemos liderazgo. En otras palabras, la personalidad no solo condiciona nuestro desempeño, sino también el impacto que generamos en nuestro entorno.
Por ejemplo, una persona naturalmente sociable y empática probablemente destacará en roles relacionados con atención al cliente, ventas o gestión de equipos. En cambio, alguien más estructurado y analítico podría sobresalir en áreas como planificación, finanzas o control de calidad. Comprender y valorar estos rasgos permite a las organizaciones alinear a las personas con los roles y contextos más adecuados. Esto facilita que su potencial se despliegue plenamente, optimizando tanto el desempeño individual como el colectivo.
Una excelente noticia para las organizaciones actuales es que, gracias al avance de las herramientas psicométricas, ahora es posible evaluar la personalidad de manera estructurada, objetiva y confiable. Entre los proveedores más reconocidos internacionalmente destaca Hogan Assessment, cuya herramienta psicométrica Hogan Flash combina tres pruebas específicas que ofrecen una visión integral y profunda de la personalidad:
Mide las características de personalidad cuando las personas están en condiciones normales o cuando muestran su mejor versión, evaluando rasgos cotidianos como ambición, sociabilidad o prudencia.
Identifica rasgos y comportamientos que normalmente constituyen fortalezas, pero que pueden volverse contraproducentes en situaciones de estrés, presión o sobrecarga laboral.
Explora los valores, motivaciones y preferencias personales profundas, ofreciendo pistas importantes sobre qué impulsa realmente a cada individuo.
Al integrar estos tres enfoques, el Hogan Flash ofrece una visión integral del individuo: cómo actúa habitualmente, cómo podría reaccionar en circunstancias complejas o de tensión, y qué le motiva de forma genuina. Esta comprensión profunda no sólo indica qué puede hacer una persona, sino cómo lo hará en distintos escenarios laborales.
En los procesos actuales de selección y desarrollo de talento, evaluar la personalidad permite ir más allá del currículum o de las entrevistas tradicionales. Dentro del marco de la identificación del potencial, la personalidad emerge como una dimensión clave para detectar colaboradores capaces de crecer y asumir posiciones estratégicas o de liderazgo con éxito.
Por ejemplo, si una organización busca líderes innovadores, creativos y colaborativos, es esencial que las características personales de los candidatos sean coherentes con estos valores. No se trata de etiquetar o encasillar a las personas, sino de asegurar que su estilo natural se alinee con los desafíos específicos y con la cultura organizacional.
Asimismo, la personalidad influye directamente en cómo un profesional toma decisiones difíciles y maneja situaciones complejas. También incide en su capacidad para regular emociones en entornos de alta presión y adaptarse rápidamente a los cambios organizacionales. En roles gerenciales o posiciones estratégicas, el liderazgo efectivo implica gestionar personas, recursos y contextos dinámicos. En este escenario, comprender profundamente la personalidad es clave para anticipar y potenciar el éxito del colaborador.
Incorporar herramientas como el Hogan Flash en las decisiones organizacionales no solo mejora la precisión de los procesos de selección, promoción y desarrollo, sino que contribuye activamente a la formación de equipos equilibrados, a la prevención efectiva de conflictos y al crecimiento personal de los colaboradores. De este modo, la personalidad deja de ser vista como algo intangible o secundario, convirtiéndose en una herramienta estratégica central.
En definitiva, entender a las personas más allá de lo superficial permite descubrir y aprovechar plenamente su potencial auténtico. Cuando una organización se compromete a conocer profundamente a sus integrantes desde sus características esenciales, no solo mejora sus resultados y rendimiento colectivo, sino que fortalece significativamente su cultura, capacidad adaptativa y visión de futuro.
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