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Desarrollo Profesional
En el contexto actual, los profesionales enfrentamos entornos cada vez más inciertos, complejos y competitivos. La pandemia de COVID-19, por ejemplo, transformó profundamente el panorama laboral. Provocó cambios en los modelos de trabajo y aceleró la transformación digital en diversas industrias. En medio de este escenario, las empresas deben adaptarse para mantenerse resilientes y retener al personal talentoso. Mientras tanto, los trabajadores necesitamos seguir fortaleciendo nuestras competencias para mantenernos empleables a largo plazo. Pero, ¿qué estrategias pueden implementar las empresas para asegurar el crecimiento de sus colaboradores? ¿Qué medidas podemos adoptar los profesionales para seguir potenciando nuestros talentos? ¿Qué es un PDI?
Como mencionamos anteriormente, los escenarios volátiles e inciertos nos exigen, tanto a los profesionales como a las organizaciones, trazar planes alineados a objetivos de desarrollo tangibles. En este sentido, un Plan de Desarrollo Individual (PDI) es una herramienta fundamental para establecer metas realistas. Así como, diseñar rutas de acción y definir acciones específicas que contribuyan a nuestro crecimiento personal, profesional o académico. Además, facilita el autoconocimiento al ayudarnos a comprender nuestras fortalezas, debilidades, intereses y valores.
El proceso de elaboración de un PDI comienza con una autoevaluación reflexiva y honesta. Esta puede basarse en nuestras evaluaciones de desempeño por competencias, desempeño por resultados, feedbacks y otros aspectos relevantes. Además, es enriquecedor involucrar a otras personas en el proceso, como mentores, gerentes, compañeros de trabajo o profesionales de recursos humanos, para obtener retroalimentación y apoyo.
Una vez recibidos estos inputs, debemos delimitar un máximo de dos objetivos de desarrollo, considerando nuestras posiciones y aspiraciones personales en un periodo determinado, así como las oportunidades de mejora previamente identificadas. Es recomendable limitar los objetivos a dos, ya que establecer más de tres podría dificultar el progreso del plan.
Posteriormente, debemos detallar las acciones específicas que llevaremos a cabo para alcanzar estos objetivos, así como los hitos o puntos de control (KPIs de medición) que nos permitan evaluar avances y ajustar el plan si es necesario. Es importante recordar que los PDI son documentos vivos, que pueden y deben ser revisados y actualizados periódicamente a medida que nuestras metas y las circunstancias evolucionan.
Entre las acciones, el 70% debería centrarse en tareas diarias y asignaciones reales de trabajo, que enriquecen la experiencia y ayudan en el desarrollo de comportamientos necesarios para asumir retos más complejos. Otro 20% debe dedicarse a acciones vinculadas al relacionamiento, como la búsqueda de mentores, que favorecen el aprendizaje a través de otros y el desarrollo de habilidades blandas. Finalmente, un 10% del plan debe enfocarse en la participación en cursos de capacitación y otras experiencias de aprendizaje formal, orientadas a la adquisición de conocimientos técnicos y específicos.
Sí, los PDI son aplicables en diversos contextos. En el entorno laboral, los empleadores pueden utilizar los PDI como herramientas de desarrollo profesional para sus colaboradores, lo que puede aumentar la retención, el compromiso y la productividad.
Por ejemplo, un empleado del área de ventas podría utilizar un PDI para mejorar sus competencias en servicio al cliente. Su plan podría incluir objetivos como mejorar las habilidades de comunicación y aprender técnicas de venta efectivas. También podría incluir el desarrollo de la capacidad para manejar situaciones difíciles con los clientes. Por otro lado, un gerente de equipo que aspire a mejorar sus habilidades de liderazgo podría enfocar su PDI en desarrollar habilidades de delegación. También podría aprender a motivar y capacitar a sus colaboradores, y mejorar su capacidad para resolver conflictos. En ambos casos, la implementación de un PDI no solo aumentaría los niveles de productividad, sino que también contribuiría al crecimiento y éxito general de la empresa.
Identificar si alguien en tu equipo o en la empresa necesita un PDI puede implicar varios pasos y consideraciones. Algunos indicadores incluyen la carencia de habilidades específicas, señales de bajo rendimiento o falta de progreso en el alcance de objetivos. Además, también incluyen la transición a responsabilidades o roles más complejos. Una vez que se ha identificado la necesidad de un PDI, es fundamental tener una conversación abierta y honesta con el compañero o colaborador para discutir sus objetivos y necesidades de desarrollo. Luego, se debe colaborar en la creación de un plan que sea efectivo y significativo para ellos.
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