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Liderazgo
El liderazgo comienza por liderarse a uno mismo a través de un profundo autoconocimiento que nos permite interiorizar y adquirir una noción de nuestro “yo”, es decir, de nuestras virtudes o fortalezas, así como de nuestros defectos, incluyendo el estilo de pensamiento y tipología de personalidad que tengamos, factores que pueden influenciar en la forma en cómo nos comunicamos y respondemos a los distintos estímulos del entorno.
En ese contexto, vemos que antes de intentar liderar a otras personas debemos aprender a controlar y comunicar eficazmente nuestros propios sentimientos, para lo cual se requiere un buen nivel de inteligencia emocional y de habilidades sociales. No olvidemos que estas capacidades son claves para lograr una comunicación efectiva y para desarrollar nuestra capacidad de moldear el resultado de las interacciones sociales que tengamos.
A lo largo de la Historia, personalidades como Malala Yousafzai, Steve Jobs, Jack Ma o Nelson Mandela han destacado por tener un claro sentido de propósito y por haber luchado por sus ideales a través de esfuerzos que les permitieron optimizar su potencial para liderarse a sí mismos, convirtiéndose en referentes en el mundo empresarial, político y social que supieron cómo automotivarse y dirigir dando el ejemplo con su propia motivación.
Por un lado, Malala tuvo que utilizar todas sus fuerzas para enfrentarse a las injusticias contra la libertad educativa de las mujeres que existían en su país, y liderar así un movimiento mundial hacia una mayor igualdad de género; mientras que Jobs es recordado por su capacidad para mantener firme su visión sobre el futuro de la tecnología a partir de un profundo conocimiento de sus capacidades y de las motivaciones de su compañía.
Por su parte, Jack Ma, un famoso empresario tecnológico chino, es reconocido por haber salido de la pobreza a partir de la fundación de un imperio de comercio en línea, en base a su gran habilidad para liderarse a sí mismo y a los demás. Asimismo, el presidente Mandela supo cómo motivar al cambio a toda una nación a partir de su sólida creencia en la posibilidad de una Sudáfrica más justa para todas las personas sin importar su color.
En ese sentido, vemos cómo un alto nivel de motivación proveniente desde uno mismo y proyectado hacia los demás ha sido clave en distintas etapas del acontecer humano, y ha propiciado grandes cambios que la sociedad requería en su momento para seguir evolucionando. Sin embargo, esta capacidad no suele venir de forma innata en la mayoría de las personas, sino que requiere tanto de voluntad como de un entrenamiento arduo.
Recordemos que la automotivación parte por tener un sentido de propósito y autorrealización en la vida, lo que permite percibirse a uno mismo como competente y autónomo mientras se desarrolla una alta autoestima y autoconfianza. Para llevar estas cualidades al máximo, existen estrategias o ejercicios concretos del liderazgo personal que se pueden realizar de forma práctica y sencilla, los cuales describiremos a continuación:
Por ejemplo, si una de las competencias a desarrollar por el líder es la “Planificación y Organización” desde la óptica del liderazgo personal, se recomienda hacer un listado de las actividades realizadas mensualmente, clasificándolas por tipo de actividad (estratégicas, tácticas u operativas) o de acuerdo a la matriz de urgencia de Covey (el cual es conformado por cuatro cuadrantes organizados de acuerdo al nivel de importancia frente al de urgencia).
Vale la pena resaltar que antes de embarcarse en cualquier ejercicio se recomienda realizar primero un autodiagnóstico a través diversas herramientas como evaluaciones de desempeño, feedback o assesments, los cuales permitirán identificar de manera específica cuáles son los comportamientos esperados y las brechas a desarrollar, para así posteriormente elegir los ejercicios concretos para las competencias a fortalecer.
Por otro lado, cabe destacar que el tiempo estimado para desarrollar la capacidad de automotivación en una persona depende de cada individuo, y guarda relación directa con sus metas a conseguir, incluyendo las circunstancias que se tengan que enfrentar y los factores desmotivadores que puedan experimentar. Además, es importante que todo líder busque las estrategias más adecuadas para auto-motivarse de forma personalizada.
Con ese objetivo en la mira, es vital tener en cuenta el papel del coaching para encontrar ejercicios precisos de acuerdo a las características propias de nuestra personalidad, ya que esta mentoría contínua y sostenible, basada en el diálogo, la reflexión y el aprendizaje, nos ayudará a establecer un sentido de propósito, plantearnos metas retadoras, pensar en positivo, centrarnos en el día a día, no ser perfeccionistas y no tener miedo a fracasar.
De esa forma, el coaching permitirá al líder motivarse a sí mismo a desarrollar prácticas específicas que lo ayuden a ser mejor persona y fortalezcan su rol de gestor de equipos. Además, en este proceso también influye mucho el hecho de que el líder se rodee de personas motivadas y que motiven a los demás, ya que esto permitirá que el dirigente brinde más fácilmente a su equipo el soporte emocional requerido en el día a día.
Como podemos apreciar, el liderazgo personal es un factor determinante en el éxito de cualquier organización, sin importar su tamaño, rubro o tiempo de vida, ya que se trata tanto de una actitud como de un método de trabajo que el líder debe adoptar para contagiar al resto de los miembros de la entidad con la motivación necesaria para desarrollar un ambiente laboral positivo, y por lo tanto, para cumplir con los objetivos empresariales que se planteen.
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