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Employee Experience
¿Te has detenido a pensar en cómo la relación con el cliente de tu empresa pueden influir en el bienestar de tus colaboradores? A menudo, las estrategias comerciales se centran en la retención y satisfacción del cliente, dejando de lado a quienes lo atienden día tras día. Sin embargo, cuando las demandas del cliente chocan con los valores o las capacidades de la empresa, el impacto puede hacerse notar en la moral, la motivación y, en última instancia, en la productividad del equipo.
En este artículo, exploraremos por qué la gestión de clientes y la experiencia del colaborador (Employee Experience) son dos caras de la misma moneda. Te mostraremos cómo un equilibrio adecuado no solo mejora el clima laboral, sino que también potencia la calidad del servicio y la rentabilidad a largo plazo.
Para comprender la relevancia del Employee Experience en la relación con los clientes, primero necesitamos tener claridad sobre lo que este concepto implica. Se trata de un enfoque que observa todas las vivencias y percepciones que un colaborador experimenta durante su ciclo laboral.
Cuando el Employee Experience está bien gestionado, se traduce en colaboradores comprometidos y satisfechos. Esto, a su vez, repercute en la calidad de sus interacciones con los clientes, construyendo relaciones más sólidas y eficientes.
Una vez que comprendemos el valor de la experiencia del colaborador, resulta más fácil ver el impacto que la relación con el cliente pueden tener en ella. Lejos de ser un factor ajeno, las relaciones con los clientes pueden reforzar o deteriorar la motivación y el bienestar del equipo.
Cuando los principios del cliente y los de la empresa se alinean, la colaboración fluye sin fricciones. Por el contrario, un cliente con actitudes o exigencias contrarias a la cultura interna genera tensiones que pueden afectar el clima laboral.
Cuando no se presta atención a las tensiones que surgen entre las demandas de los clientes y el bienestar del equipo, las consecuencias pueden impactar directamente en la productividad y la rentabilidad de la organización. A continuación, se destacan los efectos más comunes.
Para ilustrar cómo la relación con el cliente puede influir en el Employee Experience, a continuación presentamos dos ejemplos concretos. Estos casos muestran la importancia de atender de forma estratégica y humana las exigencias externas.
Situación: Un equipo de servicio se caracteriza por su empatía y cercanía. Pero ingresa un cliente que adopta un tono autoritario, desestima las recomendaciones y exige plazos irreales.
Impacto en el equipo:
Situación: Un ejecutivo de alto rendimiento atiende cuentas que representan un gran porcentaje de los ingresos de la empresa. Sin embargo, uno de los clientes clave desacredita al equipo, exige cambios fuera de contrato y mantiene un trato despectivo en reuniones.
Impacto en el equipo:
Con los ejemplos anteriores, queda claro que no se trata de “elegir” entre clientes y colaboradores, sino de buscar un balance que beneficie a ambas partes. A continuación, presentamos algunas pautas que pueden ayudar a lograr este equilibrio.
Antes de aplicar cualquier estrategia, es fundamental hacer una evaluación sincera de las relaciones con cada cliente y determinar si realmente están en sintonía con los valores y objetivos de la empresa. De esta manera, se podrá priorizar mejor las acciones que protejan el bienestar del equipo sin sacrificar el rendimiento comercial.
Cuando se logra una adecuada sintonía entre las necesidades del cliente y la experiencia del colaborador, la organización obtiene ventajas que impactan tanto en lo humano como en lo económico.
Esta sección profundiza en los beneficios concretos de crear relaciones armoniosas.
Llegados a este punto, resulta evidente que la gestión de clientes no puede desvincularse de la experiencia del colaborador. Ambas dimensiones se influyen mutuamente, y un desequilibrio en una de ellas termina repercutiendo en la otra. Por tanto, una estrategia de negocio verdaderamente integral debe integrar el bienestar interno con la búsqueda de la excelencia en el servicio al cliente.
En un entorno competitivo, cuidar el Employee Experience no solo genera ventajas a nivel de clima laboral, sino también en la calidad de las relaciones comerciales a largo plazo. En última instancia, clientes y colaboradores son piezas esenciales de un mismo ecosistema, y su armonía es clave para impulsar la productividad, la innovación y el crecimiento sostenido de la organización.
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